Llevo doce noches en vela tratando de verte más allá del negro de tu sombra. Y el día te devuelve como muralla altiva; soberbia, indiferente, ..............mágica.
Llevo desde el viernes intentando pintarte y el color se atraganta entre mis ojos. Cambias tanto que dudo si eres sabia, si callas un sueño eterno o si lloras desde tu cresta hirsuta.
Y ahora vuelo sobre el océano vegetal que nos separa, te abrazo en la madrugada, desnudo. Hago las maletas y prometo regresar.
No siempre sabio, sin ser tu dueño, seguiré mirando hasta desvelar, piedra a piedra, el antiguo secreto de tu fuerza.