Al norte del desierto las hogueras queman la tierra. Se abren profundas simas que traspasan los cuerpos moribundos, olvidados en los ríos. A la deriva.
Al norte la sangre no es tan roja. resbala lentamente, con pereza. Alimenta huecos oscuros de palabras perdidas.
Una gasa sutil cubre la piel que amábamos. Por dentro suenan los cantos fúnebres del fuego eterno.
hola, Manuel: me ha gustado este poema, es muy visual y me recuerda el viaje que hice por el desierto de Atacama cuando era muy joven. Sigue así, escribiendo y compartiéndolo con nosotros. Besos Marina
El desierto de Atacama es un lugar amable comparado con mi pobre dibujo. Trato más bien de reflejar alguno de los infiernos del Dante.
Siempre, al Norte, está el asesino. El asesino de vidas, el del amor, el de las ilusiones. Siempre al Norte. Ese Norte, a veces, es el "arriba" de quienes llegamos a sentirnos "abajo".
Un beso grande con el deseo de que estes por aqui con más frecuencia.
2 comentarios:
hola, Manuel: me ha gustado este poema, es muy visual y me recuerda el viaje que hice por el desierto de Atacama cuando era muy joven. Sigue así, escribiendo y compartiéndolo con nosotros. Besos
Marina
Bienvenida, Marina. Siempre te echo de menos.
El desierto de Atacama es un lugar amable comparado con mi pobre dibujo. Trato más bien de reflejar alguno de los infiernos del Dante.
Siempre, al Norte, está el asesino. El asesino de vidas, el del amor, el de las ilusiones. Siempre al Norte. Ese Norte, a veces, es el "arriba" de quienes llegamos a sentirnos "abajo".
Un beso grande con el deseo de que estes por aqui con más frecuencia.
Publicar un comentario