Para Santiago Solano,
porque cada paso que apoye su proyecto es una vocación.
Porque creo que la voz Universal de las letras no tiene dueño.
Porque, como cantaba Mª del mar Bonet...
"Si tu tocas y yo canto
quiere decir que nos entendemos,
Y todo el camino que hagamos
será para ir hacia delante"
El desierto es un bosque
que ha iniciado la flexión de sus ramas.
Duda y avance,
el desierto muestra sus sueños,
y es el caballo azul que cuelga en lo alto.
Pero dentro, el alacrán ha mutado,
se esconde bajo formas húmedas de serpientes.
El humano animal llora tendido
sobre el verde vertical del castaño,
mientras tensa el alma del arco.
Y la flecha que apunta a la paloma,
siente la quietud y la muerte.
Nota que falta el sustento del aire
bajo el ala herida del águila.
El mármol de una ninfa cobra vida
al fondo del jardín.
Se muestra la cara cruel de los Dioses
vencida por la calma.
Es la paz del desierto: la belleza de un sueño.
7 comentarios:
Gracias Manuel.
Estoy electrizado con este poema tuyo, todo fuerza, todo luz, todo del revés y del derecho, a la vez. La foto, ya no es mi foto, es la foto del poema de Emilio, del que mana todo, también de mi texto, que tú reconfiguras.
No sabía que se lloraban electrones de felicidad, pero así es: mis dedos sobre el teclado son eso, ahora.
Es, como tú ya has dicho. Leerse en los otros es extraño y a la vez mágico. Ves los ángulos ocultos de tu texto, las perspectivas léxicas que el texto propio llevaba, varadas en puerto, salir a lar anchura de la mar. Se otro y no.
Esto es amigo, literatura interactiva, y el que quiera y pueda entender que entienda.
Santiago Solano
Magnífica creacíon, Manuel.
Quiero poner mis ojos en tu mirada. Ver esa paz, belleza y jardines en todos
"Los Desiertos"...Y veo;
Monotonía en su abismo horizontal, sol fuerte , silencio devastador, polvo, situación desesperante y enfermiza.
Por qué?
Sólo tú puedes gozar, al saberlo
diferente, y llegar más allá.
Mi fuerte ABRAZO.
SIEMPRE contigo.
Dulce.
Realmente magnífico cielo. En esta segunda lectura, parece haber madurado la belleza en tus palabras y me llega con una dulzura especial.
Espero que Emilio, no os cobre derechos de autor, porque realmente mereció la pena usar su texto
Rosa, si algo bueno ha salido de este intento, se lo debo a tu generosidad, por permitir que te robase horas de sueño en el intento. Sin tu crítica llena siempre de cariño, nunca habría sabido como hacerlo.
Santiago, nunca se donde está el límite, si es que existiera, de esta nueva andadura. Se cuales son mis impresiones y, por ellas, te convoco en torno a unos vinos, para hablar, antes de seguir adelante.
Fue un placer pensarte, sentirte, escribirte. No tanto como juego o aventura sino como un acto carnal, perfecto, en el que mis propias sensaciones fluyen a traves de tus palabras.
Tenemos que hablar... Y beber.
Gracias, Dulce, por seguir cerca.
Escribes: "veo monotonía en su abismo horizontal, sol fuerte , silencio devastador, polvo,..."
Quizá algún dia te decidas a darnos a conocer donde escribes y, así, nos permitirás gozar de esa sensibilidad que sin duda te acompaña.
Pero si es que sois todos una maravilla...yo quiero una terraza en un café de Casablanca viéndoos pasar a todos camino del desierto. Esta vez yo me quedaré allí, no haré como el Port de la novela de Paul Bowles, "El Cielo Protector", que se adentró en el misterio de las arenas del Sahara para intentar encontrarse a si mismo y no volvió. Yo estoy cada vez más cerca de saber quien soy y en parte, en gran parte, os lo debo a vosotros. Porque estamos haciendo un fantástico camino juntos. Da igual el orden: unas veces es Manuel, otras los demás...Esto marcha. Ahora sólo falta que, como Santiago, Manuel y yo ya hemos ido los demás lo intenteís, aunque no sea fisicamente. Todos hemos visto pelis. Y leído libros. Seguro.
Además, el desierto cada uno lo llena como le da la gana. Es tan grande...
Un fuerte abrazo.
Port, the other.
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