miércoles, 15 de julio de 2009
El Callejón de la esperanza perdida
Llegaron los hombres de azul
y pusieron farolas
en aquel callejón lleno de besos
y de sexo renovado cada día.
Después
adoquines y aceras anunciaron
la próxima apertura
de nuevos locales de ambiente.
Enviudaron los hijos de las sombras
cuando otros,
más grises e interinos,
descubrieron un cartel que rezaba:
“Callejón de la esperanza perdida”.
Quedó inaugurada la calle,
huérfano el barrio,
y Pedro, el del bar del alcohol por litros,
vive ahora jubilado en su caseta,
sin vistas al futuro,
sin pensión,
soñando que un mal viento que no llega
arranque los carteles y las placas,
devuelva el callejón para los besos
y el bar para los litros y las penas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Me gusta el poema, que no sé por qué me transporta a La Habana; parece la letra para una canción así, lenta, como el girar el planeta que nos hospeda.
Me gusta la foto en Casa Blanca con esa canción que se repite una y otra vez, como lo que cuenta el poema, eso que de pronto alguien llega y te manda al culo del mundo.
Santiago Solano
Cómo ya sabes me gusta todo este mundo de la noche, los callejones de besos, y si lo acompañamos con Sabina y unas copas me devuelves a mundos con sabores agridulces de ayeres estupendos. Y ese Pedro, que existe en muchos bares y ha escuchado tantos llantos... En fín, Manuel...magnífico! (halagos sí o alagos no, es lo que hay).
Un beso enorme (cuenta atrás, en pocos días nos vemos!!)
Claro que mereces muchos HALAGOS.
Cambias mi estado anímico al leerte.
Y qué recuerdos arcanos traes con tus versos... Noches de bohemia,
juventud.
Soy fiel lisonjera de Sabina, y ahora tuya también, Manuel.
Y mi abracito...ehh, hoy lleno de admiración, agradecimiento y mucho cariño.
Dulce.
Parece que estamos de "cuenta atrás" para vacaciones. Y me da un qué se yo de añoranza. Solo por perdernos por unos días - ya sabemos que muy pocos - este espacio de reunión de amigos.
Pero quedan los teléfonos, las terrazas de Madrid y las playas del Mediterráneo para encuentros, vinos y risas.
Que el tiempo es solo una fantasía que nos envuelve y, a veces, nos descoloca. Pero, al final, nos trae a donde debemos estar: junto a los seres queridos. Cerca de donde queremos estar.
Yo voy a seguir conectado a la Blogsfera todo el tiempo. Espero que todos vosotros también.
Gracias por acompañarme.
¡qué bueno cielo!. Te va envolviendo de tal manera ese callejón, que, si saber siquiera donde te tocó estar, sientes nostalgia torpe de otra vida. Realmente hermoso poema.
Con este poema te superas a tí mismo, Manuel. Me ha encantado.
Un beso.
¿Quien no tiene en su vida algún que otro callejón como este, Rosa?.
Lo que más me gusta de estas hitorias es que siempre nos queda un hilo de esperanza. Sean porque un mal viento llegue y arranque... o bien porque hayamos encontrado en el camino otro Pedro, con su bar, con sus penas y su alcohol por litros.
Siermpe espero encontrarte a ti sea donde sea.
Gracias por tu visita, Solateras, y por ese buen talante que utilizas para leerme.
Espero que pases un feliz verano y no tardes mucho en volver.
Sorprendente poema (los otros también) Te digo yo que ni se te ocurra pasarte por la Tertulia-Taller a ponernos a todos en vergüenza, amigo.
Te mandaré por correo-e un poema mío que tiene que ver con la foto de Casablanca que pones en cabecera.
Abrazos.
Enrique
No habia visto tu entrada, Enrique. Gracias por vistarme y por subirme el ego de esta manera. Ya sabes que si no haces un taller "on line" jamás podré escribir bien!.
Tus contetulios del taller escriben pero que muy bien, que lo se de primera mano por lo que leo cada semana.
Por cierto, aún espero tu poema sobre Rick!!!
Publicar un comentario