Mes tras mes la cordillera, la nieve,
y el traje que me abriga.
La espalda rota con un siete
que no augura algo bueno, ni me importa.
Del otro lado, un trecho hasta mi casa;
de atrás, la vida por delante.
Que me maten,
que me den de puñaladas en el acta de difunto.
Que repartan el cielo que me cubre
si alguien tiene un cuchillo que pueda desgarrarlo.
Que espíen madrugadas quienes sepan,
más allá de su límite de polvo.
Quien quiera que esté en pie, que se arrodille
porque ahora, cuando vuelva,
tengo mucho que hacer
y poco tiempo.
5 comentarios:
Me encanta el poema, su claridad para expresar ideas tan profundas, y los versos: del otro lado, un trecho hasta mi casa; de atrás, la vida por delante.
Cuídate mucho, poeta. Un gran abrazo!
Así es el deseo:
tengo mucho que hacer
y poco tiempo
, y qué vivo late en tu boca, Manuel.
Si tuviesemos todo ese tiempo, tal vez nos faltaría memoria.
Un abrazo
Dichoso tiempo que se escapa... Pero tú, afortunadamente, sabes disfrutarlo segundo a segundo y dar a cada cosa la medida e importancia acertadas.
Un beso enorme, compi.
( Sigues siendo mi compi, lo siento...jajaja... No te libras ya de mí).
GRACIAS POR TODO
Qué gusto ver este poema por aquí,tan firme,te oigo recitarlo... aunque me pone un poco triste o me da rabia...no sé, no sé... jajaja.
Un beso grande!
Publicar un comentario