martes, 16 de diciembre de 2008
La ignominia
El contraluz del espino atraviesa el rostro olvidado.
Se funde en naranja el amanecer tras la alambrada
y la esperanza se ausenta hoy, como cada día.
Que las cárceles no conocen elecciones,
ni el sabor de la sangre entiende de promesas.
Sino de años anónimos contra el mar,
contra pronóstico.
En contra del olvido.
¿Quien sabe si su vuelo
pasó territorio neutral o conveniente?.
Pasó, y llegó, y el chasquido de las rejas,
como el del látigo,
queda suspendido en espera del siguiente ruido
que hiere
que mata.
Se recorren los barrotes y el bosque
que forman se enmaraña con la vida
y, así, crea una danza entre los dos,
cuerpo y espinos,
olvido y esperanza
hasta la muerte del tirano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
¡Joder, Manolo! qué certero, qué estremecedor.
Brindo contigo por la libertad, por la justicia, por lo decente al menos.
Seguimos teniendo pendientwe la revolución de verdad para no tener que estar siempre de rodillas.
Mi abrazo y mi complicidad
Enrique Gracia
Me cortan el aliento muros y alambradas.
Rompedor, lleno de realidad, como siempre.
Un beso...
Directo al estómago; y el que pueda digerirlo, que se atreva....
Buen trabajo corazón
Publicar un comentario