
Te leo demasiado.
Lo hago sólo de vez en cuando, pero
aún así
te leo más a menudo de lo que considero sano.
Y, siendo así, está claro que te leo demasiado.
Te lo digo con rabia desde mi noche en vela,
desde la barra del bar
o desde esa inspiración que no lleva tu nombre.
Te echo de menos.
4 comentarios:
Manuel, si lo que se escribe no es necesariamente verdad, ni lo que se dice, ni siquiera lo que se hace,entonces depender de lo que escribe, dice o hace otro nos puede llevar al absurdo más grande. Todo este mundo es muy raro, ¿no?
Un abrazo
Javier, si lo que se escribe no es necesariamente verdad, quizás sea una liberación, una búsqueda del equilibrio, una deshinibición.
Si no es necesariamente verdad, tan sólo es una ficción, un nudo que retorcer, una mosca dentro del cajón.
Grita fuerte MANUEL!!! que hoy no se escucha mi voz!!!
Un beso con resaca en el corazón
Querido Javier, ¿ves?, parece que las voces, la tuya, la mía, a veces pueden servir hasta para prestarla a quienes se sienten sin ella.
Porque solo se sienten, ¿eh?. Pues menuda es Pilar, "la mudita"...
Gracias a los dos por acompañarme. Besos.
Alguien había oído alguna vez eso de que "el poeta es un fingidor". Alguien supo de cuantos "favores" se ganaron con los "amores" de esos versos recitados en el momento adecuado...
Alguien recuerda eso de "la poesía es un arma cargada de futuro" ".... Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo". Un beso a los tres
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