No me gusta
suplicar —cuando menos me lo espero—
que no te vayas,
ahora que el tiempo se termina.
Tendría que cambiar el calendario.
Descomponer el tiempo por la noche
quedándome en silencio.
No pensar
en los cajones
ocupados de tu armario,
en la luz
encendida de tu alcoba…
En el aire que es viento al respirar.
Dormirme en la primera luz del día,
ser poso de café que tu te bebes.
Hoy me encontré,
con el respeto hecho pedazos,
tu vivir colocado entre paréntesis.
y el cielo que revienta en un instante.
14 comentarios:
Hay tantas cosas diminutas y tan grandes que nos ocupan de nuestra otra parte, pues así lo siento yo, que cuando creemos perderla, se pierde una mitad importante y cuesta resucitar de nuevo.
Blogueando encontré tu poesía, y ha sido un placer.
un saludo
Gracias por tu comentario, Sandra. Ha sido un placer leerte y recibierte.
Ya sabes que esta es tu casa.
Un saludo.
¡Me ha encantado Manuel! Es un poema de esos que se imbrican en el inconsciente colectivo...¿Quién no ha senitido ese explosivo desasosiego alguna vez?
Un beso!
Laura Frost dijo...
¡Me ha encantado Manuel! Es un poema de esos que se imbrican en el inconsciente colectivo...¿Quién no ha senitido ese explosivo desasosiego alguna vez?
Un beso!
...inmensos esos instantes en los que revienta todo, y el cielo también...
La sensación de despertar con "el respeto hecho pedazos" ...sí, es real, ocurre y al cabo de un tiempo se recompone ese difícil puzzle, con dificultad, pero se hace.
Me ha llegado, Manuel, me ha llegado.
Gracias.
Destaco la misma frase que Carmen.
Qué bien que recuperes estos poemas, tan cercano y tan rotundo.
Me ha gustado mucho.
Un beso!
Tus poemas siempre son bienvenidos, querido Manuel, y éste, que ya no recordaba, nos devuelve tu voz para seguir disfrutándola.
Un beso fuerte.
El tiempo en contra y las palabras almacenadas que estallan.
Un saludo, bello poema
Gracias Oréadas. Bienvenida de nuevo.
Siempre es un aliento recibir tus comentarios.
Besos.
"Hoy me encontré con el respeto hecho pedazos". Aunque llueva, nieve, haga frío, caigan chuzos de punta y las lágrimas mojen nuestras penas: ¡¡Eso nunca, Manuel!! El respeto debe estar siempre impecable e intocable.
¡Cómo me gustan tus poemas!
Un besito.
Es curioso, antes te he puesto un comentario pero creo que se ha perdido. Te decía que los actos cotidianos son la verdadera esencia de la vida, quizá los vemos el día en que faltan: cuando ya no están los posos de su café y en el armario se oye el vacío de su ropa. El resto son sólo momentos. Sol
Lo bueno de rescatar lo antiguo corazón, es que uno ya ha puesto la distancia necesaria para saber que mereció la pena. Y eso sin duda alguna es lo que ha sucedido con tu poema, que sigue siendo tan bueno como entonces. ¡Enhorabuena! por él y por más. Te dejo mi beso tardío cariño, que siempre llego la última.
me ha gustado, Manuel, este poema.Es un sentimiento muy reconocible y muy bien descrito. Me encanta: y el cielo que revienta en un instante. Enhorabuena! besos
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