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martes, 7 de septiembre de 2010

Tiempo de Verano

Escena tórrida en blues. Calor aún del verano que no se ha ido. Puede ocurrir en cualquier apartamento de un barrio urbano, cercano al mar, siempre que tenga cerca un bar abierto a media noche. O a la vuelta de la esquina, sea donde sea.


Ella, la mujer, sentada frente a la ventana que da al mar, acaricia lenta sus cabellos, ausente, con sonrisa marina, mientras la luna inunda estancia y mar con el juego de la plata, del misterio esquivo de las sombras, de la brisa y los fantasmas.

La mujer se mueve, apenas inicia el escorzo de su cuerpo, inclinado ahora más, hacia el mar, y permite, con un juego de sutil coquetería, que la luz de la luna acaricie sus ojos, y sus labios, y los senos que bajo la fina camisa vibran en el placer de esa noche.

Y suave, hunde sus dedos en la humedad del sexo hambriento. Brillan los dientes en la noche clara y como alas extiende los brazos para escribir en ella, con la tinta de su adentro:

"Si me regalas una poesía en la noche abierta,
mi alma te dirá que te estoy amando".

19 comentarios:

Pilar dijo...

Con Summertime de fondo, el calor (a pesar de la lluvia) puedo imaginar y sentir tu historia perfectamente.
¡Cuánta sensualidad Manuel! jajaja. Aún queda verano entre tus letras...
Me gusta.

Un beso (El comentario en mi blog es un poco rarito no?? jaja) Mua

La Solateras dijo...

Tu relato, junto con Summertime que es mi canción favorita, le pone a una la sensualidad a flor de piel. Y eso siempre es de agradecer. Un beso

TERTULIANA dijo...

¡Joe! tio, luego te leo... Las prisas...

Manuel dijo...

No creas, Pilar, me costó elegir la versión más adecuada para mi gusto de Summertime.

Es un relato antiguo que vio la luz hace 6 años en Torrijos, al lado de Burujón, un 23 de Abril, con la voz de Gonzalo (en una noche de pijamas...).

Y me apeteció ponerlo aqui. Me gusta el ambiente que quise dibujar.

Un beso.

Manuel dijo...

Y no sabes cómo me halaga, Ana, que tu sensualidad se extimule al leerlo. Ojalá mucha más gente supiese dejarla libre.

Nos vemos ya mismo, ¿verdad?.

Besos.

Manuel dijo...

¡Jesús!, con estas prisas... Cuando te de el infarto no vengas diciendo "un médico, un médico...".

Prepara los vinos que nos vamos a tomarlos juntos a Alcalá.

Jesús Arroyo dijo...

Jajaja. Bien, bien, aunque el ambulatorio me pilla cruzando la calle y mi Elenita, doctora que me mima, es, no sé, como más guapa que algunos médicos... Vamos, que si muero, mejor ante una mujer, eso es lo que quería decir.

Hablando de médicos y de mujeres: Tras leer este "tiempo de verano", me largo a darme ducha fresquita antes de ponerme el tensiómetro; uno es hipertenso y seguro me pega el cucli tras su lectura. Ya sabes, los muertos, mejor limpitos.

Anónimo dijo...

Querido Manuel: Leer tan bellas palabras me ha recordado a una mujer que conozco muy de cerca. Allí estaba ella, posando sus brazos sobre la barandilla del balcón cualquier noche pasada, observando las estrellas, mirando al mar, al Montgó... En continua espera...

Un besito.

Mila

Mari Carmen Azkona dijo...

Me gusta que no nos abandone el verano, ni lo que nos mueve y conmueve. Estimulante y seductor relato.
Siempre he oído que los baños de Luna eran buenos... Qué tendrá la luna.

Besos y abrazos

Manuel dijo...

Yo te entiendo, Jesús: donde esté una guapa doctora, que te conoce y te entiende, que se quiten los médicos viejos... Si es que "lo que es, es".

De todas formas, esto me lo tienes que decir en el bar, con un vino en la mano.

Un abrazo.

Manuel dijo...

Hummmm. El Montgó!... Creo que lo conozco. Está en Alicante, ¿no?. Hermosa montaña, si nos referimos al mismo Montgó.

La mujer de la ventana se contempla a sí misma. Contempla su hermosura y nace de su propia sensualidad.

Esa es la mujer que he querido dibujar, en ausencia de todo.

Un beso.

Manuel dijo...

Mª Carmen, desde mi casa, la luna es inmensa, lo llena todo con su luz. No hay barrera que la pare. Deja entrever la montaña de enfrente, el campo. Apaga estrellas que luego, tras su paso, vuelven a brillar.

La luna es hermosa, si. Pero la mujer lo es más.

Gracias por venir. Un beso.

Jesús Arroyo dijo...

¿Ocurre, acaso, que en el bar tienes otros encantos? jejejej

Anónimo dijo...

jeje, que intenso está tu blog doctor, parece que con tu relato con tan bellos pasajes poéticos nos has saciado a todos alguna sed inconsciente.

Ya decía yo que me parecía de un tono muy carmesí para haber sido escrito en martes, aunque no he mirado la luna.

mil gracias por el viaje.

Nelken

Manuel dijo...

Querida Nelken: faltaba un hada que pusiese polvo de estrellas en esta entrada, y ahí estás tu.

Yo, te lo juro, no soy culpable de las consecuencias. Solo escribí las causas.

Pero que bueno que hayas venido a pasearte por este rincón. Que te echaba de menos.

Un beso.

Manuel dijo...

Ay!, Jesús, como se nota que no me lees...

Si miras aqui

http://manuelmartinez-carrasco.blogspot.com/2010/02/blog-post.html>


veras que a veces se manejan otras cosas en los bares.

Ya queda muy poco, grandullón.

Cris Gª. Barreto dijo...

Estimado Manuel:

Un poema realmente sublime, con una carga sensual intensa que no frívola y un final de broche de oro.

Te felicito.

Un cordial saludo.

Cris.

Manuel dijo...

Querida Cris, gracias por tu visita y tus palabras. Es un placer tenerte por esta casa que se empeña en ser la de todos.

El erotismo no está reñido con nada. A mi me gusta y me parece hermoso plasmar un capítulo, que bien puede corresponder a la vida cotidiana, en mi blog.

Espero que sigamos cerca. Un beso.

poetapijo dijo...

A partir de mañana me sentaré de espaldas a la playa, y no debo olvidar llevar alguno de tus poemas, porque con los míos jamás me ha ocurrido...ja ja ja.

Un abrazo