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jueves, 9 de junio de 2011

RELOJ PARADO


No es un nombre que golpee en la conciencia
ni una historia trasnochada
—sacarina en el café de media tarde—.

Fue una lluvia cayéndome a traición
la página amarilla
rescatada por azar de los estantes.

Un guiño casual a una mirada
colgada en el fondo del armario.

Fue, sin más remedio
la fragancia de manzanas
escapando desde el poso del olvido

El reloj que empieza a trabajar
cuando un dedo que se apiada le da vida
olvidando que la hora ya ha cambiado
y que estamos en otoño.

19 comentarios:

Laura Caro Pardo dijo...

El azar traza caminos muy interesantes cuando nos devuelve instantes que creíamos parados y les da vida.
Me gustó mucho, Manuel.
Un abrazo enorme.

Mari Carmen Azkona dijo...

“El reloj que empieza a trabajar
cuando un dedo que se apiada le da vida”

Y qué bien nos sentimos cuando nos llega un aroma, un sonido, un color...y da consistencia a nuestros recuerdos.

Precioso poema, preciso reloj que empieza a trabajar...

Besos y un fuerte abrazo.

Pilar dijo...

Que gustazo!!no te digo mas!
Un beso cielo

Emilio Porta dijo...

Me gusta creer que nosotros decidimos cuando cambia la hora...y que el Otoño no deja de ser la Primavera con disfraz. Bonita reflexión y poema.

Elvira Daudet dijo...

Mi querido doctor

Qué poema más misterioso y lleno de encanto. El pasado que regresa por azar y nos llueve páginas amarillas y ese olor a manzanas. Y qué bonita la imagen del reloj que empieza a andar en otra estación ya concluida. Es puro cine.

Mil besos
Elvira

Anónimo dijo...

Manolo , por la fecha de la edición ,más que un reloj parado es un reloj adelantado ¿no ?
Un abrazo

Anónimo dijo...

La anónima soy yo.Mª Dolores

Cris Gª. Barreto dijo...

Mi estimadísimo Manuel:

Si haces un texto sin puntuación, nada debe llevarla, pues rompes el esquema del mismo.
Por otro lado, este texto es complicado.
No es necesario que un texto sea conexo y sí es muy bueno que sugiera.
Francamente soy incapaz de interpretarlo.
Y si mi sinceridad no te aporta nada, lo lamento y te pido mil perdones.
Pero creo que no debes bajar la guardia porque escribes muy bien.

Recibe un fuerte abrazo,
Cris.

Manuel dijo...

Querida Cris, por una vez empiezo por el final. Y te propongo un ejercicio que, seguro, me vendrá muy bien para aprender.

Me dices que mi texto es un texto "sin puntuación" y que, según tu parecer, eso rompe el esquema del mismo.

Yo te propongo que, en este mismo espacio, puntues el texto según tu parecer. Nada que no esté ya dicho en las pausas versales, ¿eh?. Sino aquella puntuación que, realmente, creas que falta para hacer más comprensible el texto.

Te lo agradeceré y seguro que eso me ayudará a no bajar la guardia.

Un beso y gracias por tus comentarios.

Manuel dijo...

Gracias, querida Laura, por tu comentario siempre amable.

Ya sabes: el azar no siempre nos devuelve en sus espejos una imagen favorable.

Pero es lo que hay.

Un beso.

Manuel dijo...

Mi querida Mª Carmen: todos somos víctimas de ese instante en que el recuerdo nos atraviesa. Una mano anónima da cuerda a un reloj parado y se suceden imágenes más o menos nítidas, reales o ficticias, de la propia vida.

A veces agachamos la cabeza, con intentando esquivar un recuerdo que mejor hubiese sido dejar pasar. Otras sonreimos.

es, en definitiva, nuestra propias historia.

Gracias por venir. Un beso.

Manuel dijo...

¡Aisss... mi niña!. Ni yo tampoco te digo ná.

Solo que el 16 no nos faltes, ¿eh?.

Un besazo.

Manuel dijo...

Y a mi me gusta, querido Emilio, eso de que "el Otoño es la primavera con disfraz".

Aunque yo tiendo a pensar que la hora nos la cambian por encima de voluntades y deseos.

Es cuestión del color del cristal, ya sabes...

Manuel dijo...

Mi querida dama y poeta: este poema sale de la noche en que alguna caja olvidada se destapa, nos llena de aroma de pasado, nos habla de nosotros mismos, con o sin nostalgia.

Es la resurrección de la carne, a veces, querida Elvira. Algo a lo que no nos hemos hecho inmunes.

Gracias por ser. Un beso muy grande.

Manuel dijo...

Y si que tienes razón, Mª Dolores: el servidor sabrá por qué a este Jueves le ha puesto fecha atrasada
Aunque se me ocurre que la mano piadosa que le dió cuerda no tuvo cuidado del tiempo en el que revivía este poema.

Cosas de las brujas, seguro.

Un beso.

Mila Aumente dijo...

"El reloj que empieza a trabajar cuando un dedo que se apiada le da vida"... ¡Qué bonito! Querido Manuel, todo lo importante empieza así, sin esperarlo. El destino a veces es generoso. Y en algunos casos, el otoño sólo es la antesala de un invierno feliz.

Un besito.

Anónimo dijo...

YO SOLO ESPERO QUE SALGA LA LUNA CADA NOCHE, PARA SEGUIR ESPERANDO, POCO IMPORTA SI ES OTOÑO Y SI CAMBIA LA HORA, SI ESTOY LLENA DE NOSTALGIA, COMO CREO QUE ESTA TU POEMA.
LINDISIMA CANCION, PRECIOSO POEMA, MANUEL.
UN ABRAZO.
LA INDIECITA.

Jesús Arroyo dijo...

¡Coñe! parece que blogger ya me habla. ¿Me habrá levantado el castigo?
Si la fragancia de manzanas hace que escribas así... ¡Bendita sidra!
Abrazotes, Doc.

Anna Francisca Rodas Iglesias dijo...

Aproveché esta visita a tu espacio para leer varias entradas y hallo esa conexión nostálgica que tanto valoro en la poesía.

Un fuerte abrazo, sé que volveré.

Anna Francisca