Ph‘nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn
(En su morada de R’Lyeh, Cthulhu muerto aguarda soñando)
(En su morada de R’Lyeh, Cthulhu muerto aguarda soñando)
sin más cobijo que la garganta de la noche
se derrama el hambre inmemorial de esta raza.
Elegido como esencia de vida,
nacido del agua,
surge de su dominio y se aventura,
dueño de sí y del orbe,
más allá del este que la razón le dicta.
Hijo de asesinos,
superviviente de mitos tenebrosos,
el ser de luz conoce de antemano su hecatombe,
la venganza del Abel que nunca ha muerto,
el tirano que sella las últimas entradas
con acero y piedra,
labradas con el signo del olvido.
Ahí vivirá, por los siglos,
nunca más otero en la sabana
hasta la resurrección.
10 comentarios:
Manuel, a veces te me pones tan cultureta que me obligas a visitar la Wiki antes de comentarte. Pero en fin, eso es un problema de mi incultura enciclopédica. Independientemente de esto, es un poema potente que me trae reminiscencias gitanas, se derrama el hambre inmemorial de esta raza.
Besazos
Creo cielo que al final saldrá un buen poemario de EL SIGNO DE CAIN.
La lectura me ha llevado -sin permiso- hacia el primero de tus poemas y la sensación ha sido muy especial; algo así como si me poseyera…. Tiene fuerza sin duda. Me gustó cuando lo leí este fin de semana y me ratifico al leerlo.
Un beso
Nada, nada, Ana, que esto de "cultureta" no tiene ná de ná. Que son solo desbarres míos. Es que la cosa de los Mitos, me pone... Y de vez en cuando me permito desbarrar.
Pero ya que estamos, yo recomiendo a todo el mundo que lea a Lovecraft. Para mi es único en su especie.
Otra cosa es lo que queramos saber de los "primigenios". En realidad, casi nadie quiere saber nada de ellos.
Un beso.
Cabecita loca, que lo de "El Signo de Caín" no es ningún poemario... Que lo confundes con "Hijos del Hielo", poemario al que sí pertenece este fragmento.
Y, además, es una saga que va creciendo poco a poco, a golpes de noches raras... Como yo soy rarito...
Pero, de todas formas, se que siempre me lees con indulgencia. Y yo te lo agradezco.
Un beso.
Vaya títulos, espléndidos...
Pero aún lo es más el poema. Esto si que me gusta, por la cultura en mayúsculas. Por la escritura en mayúsculas. Por la información en mayúsculas. Esto son palabras mayores, Manuel...a ver si publicas, de una vez, el libro, los libros...aunque lo vayas haciendo en la red, también en papel. Eres un grandísimo escritor...aunque ejerzas también la medicina. No al revés.
En fin, eres bueno en ambos campos.
Te lo digo por experiencia. De lector...y de paciente telefónico.
Un fuerte abrazo.
Querido Emilio: Yo soy persona, médico, amigo, loco, escritor... Escritor en último término. Porque no escribiría si no fuese loco.
No me interesa el papel. Escribo por necesidad (ver blog de alex: yo también). pero no necesito perpetuarme en papel.
Y si que necesito que seres como tu anden cerca: porque me dan vida.
Un abrazo.
Manuel, estoy de acuerdo con Rosa. Cuando leí por primera vez el poema me recordó a “El signo de Caín”. Quizás el que aparezca el nombre de Abel haya redirigido mi percepción, no lo sé.
Del poema emana una fuerza extraordinaria, atronadora, casi épica...Excelente, me gusta.
Besos y abrazos
Querido Manuel: Estás que te sales.
He disfrutado mucho la atmósfera de este poema.
Y tienes razón en recomendar a H.P. Lovecraft, el loco raro que hay que leer al menos una vez en la vida. Yo llevo alguna relectura y sigo recomendándolo.
Ya tenemos un tema más para cuando nos veamos y charlemos.
Abrazo y admiración.
Enri
Querida Mª Carmen, aunque este poema no tenga nada que ver con "El Signo de Cain", entiendo que tiene mucho en común (no me contradigo, no).
Cuando me meto a desvariar poéticamente (o no) sobre los orígenes, inevitablemente me salen estas cosas. Viajo en el espacio/tiempo hasta fundirme con el ser completo que habitó la Tierra en otros orígenes muy remotos. Lo siento muy cerca, puede que por esas permeabilidades de las dimensiones, esos agujeros que nos permitirían viajar a cualquier sitio si AÚN supiesemos usarlos.
Pero, lo más importante, es que me acompañas y me animas con tus palabras. Y yo te lo agradezco.
Un beso.
Querido Maestro: te tomo la palabra. Espero que pronto tengamos una velada con buen vino y charla intensa en torno a los Mitos y a Lovecraft.
Gracias por tus palabras. Un abrazo.
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