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martes, 18 de enero de 2011

PROYECTOS SIMBIÓTICOS


Para el próximo casting
recuerda que ya no soy tu promotor.

Quise acostarme contigo
eso es cierto.
Pero por otras razones:
que no son las mismas de siempre
ni el sexo.

Contaban también
una tarde en la Plaza de Oriente con vino verdejo;
noches de poesía en Libertad;
Y, en medio del ruido de tus huesos,
hacer proyectos sin pedirnos nada extraordinario
más allá de un año en África,
la vida entera en vilo a tu lado,
una eternidad atendiendo llamadas
de quien no sabe bien qué hacer con su vida.

Y tantas veces me pongo a huir de tus brazos
que, cansado, me siento a tratar contigo,
a ver si logramos dejar un momento
para esa película
que hace tanto queríamos ver.

18 comentarios:

La Solateras dijo...

A veces queremos hacer demasiadas cosas que dejamos sin hacer las más elementales.

No sé qué conclusión debo sacar de este poema ni si debo sacar alguna o simplemente saborearlo.

A ver si van a quitar la película y te quedas sin verla.

Un abrazo

Jose Zúñiga dijo...

Lo extraordinario es ir al cine, déjate de viajes al África.
Veo contención en estos versos, pero también una lírica que sale a la superficie por libre, como sin quererlo.
Abrazo

Nines Díaz Molinero dijo...

Querido Manuel:

¡Que buen poema: el principio, el final y el intermedio!. Como dice Zúñiga yo también veo una lírica muy fluida que le da fuerza!.

Un abrazo fuerte.

Rosa dijo...

Yo ya sabes que prefiero ese año en África cariño , no como Jose, pero esa tarde con vino verdejo en la Plaza de Oriente “y, en medio del ruido de tus huesos, hacer proyectos sin pedirnos nada extraordinario”, me parece tan sugerente como encantador.

Me encanta el poema cielo (ha cambiado bastante del que leí ¿no?, jajaja!).

Un beso con abrazo

Anónimo dijo...

Yo me quedo con esto: "...la vida entera en vilo a tu lado, una eternidad atendiendo llamadas de quien no sabe bien qué hacer con su vida"... ¡Qué bonito, Manuel!

Un beso.

Mila

Alejandro dijo...

Esta vez te escapaste, Manuel. Os fuisteis los dos en el sídecar. A mí se me hizo un poco tarde, cuando llegué era viernes y ya no estabais. Y eso que no me entretuve a contar los huesos que sonaban en la Plaza de Oriente. Quedaba Verdejo, y me alegró su buqué, pero menos, mucho menos, que este poema tuyo, lleno de vida, de aventura, de escapada.

Un abrazo.

Alex

Emilio Porta dijo...

Original manera de intentar ir al cine, Manuel. Es que uno no puede dejar sus aficiones, pese a la Literatura y el ajetreo. Vivir la vida en Libertad ( street, con perdón) está muy bien pero como una buena película...Mira, para solucionar el conflicto te propongo que veas ( o "reveas" ) junto con tu compi..."Memorias de África". Es una cinta maravillosa...y muy adecuada para el momento. Un abrazo.

Port

Manuel dijo...

Haces bien, Ana, no saques conclusiones. Lo evidente está ahí; o lo que es lo mismo: “lo que é, é”… Muchas veces las personas miramos una sola realidad pero la vemos de forma distinta.

Y si no pregúntaselo a nuestro querido Jesús: vieron fractura en su radiografía, pero no existía. La radiografía está allí: depende de quien la mire.

Un beso.

Manuel dijo...

Zuñi, yo no soy demasiado cinéfilo. Y no es que no me guste el cine, que me gusta. Lo que pasa es que no dejan tomar una copa ni fumar mientras la peli. Si no fuese así, otro gallo cantaría.

Pero África… África está ahí, esperando. Es la cuna de la vida… y quien sabe si me espera para renacer.

¿Me explicarás lo de la contención?.

Manuel dijo...

Nines, si es que eres buena desde el principio hasta el fín. Gracias por tu cariñoso comentario.

Si hay lírica, fluida o no, en este poema, es por el sentimiento que lo animó. Solo por eso.

Besos.

Manuel dijo...

Menos mal, Rosa, que he conseguido recordarte que lo cambiamos juntos (vamos, que lo cambiaste junto a mi).

La Plaza de Oriente, con su lista de los Reyes Godos me trae recuerdos de cercanía y sinceridad.

Yo lo se, cariño: me ponga como me ponga, me toca irme a trabajar a África…

Manuel dijo...

¿Sabes, Mila?. A veces echo de menos que el teléfono no suene. Pero posiblemente no sabría qué hacer si no sonase.

Hay formas de no adormecerse y esta es una de ellas. Prepares los planes que prepares, siempre aparecerá alguien para desbaratarlos. Entonces se pone una sonrisa más o menos forzada y se cambia el rumbo.

Creo que los comandos especiales de las fuerzas armadas se entrenan así.

Un beso.

Manuel dijo...

Querido Alex: te echo de menos… En serio.

Y espero que el próximo día 3 de Febrero no faltes en Libertad 8, a las 19:30, para escuchar a Carlos y a Marina y, más aún, antes y después, para darme un gran abrazo.

Ah!... Y te advierto que el 3 de Marzo el que lee soy yo y necesito calorcillo humano del de verdad para sobrevivir. Así que te necesito a ti.

Gracias especiales por venir a verme. Un abrazo muy apretao…

Manuel dijo...

Como eres intuitivo y medio brujo (aún con tu catarro) has dado en todo el centro, Emilio.

Resulta que mi querida chica ADORA esa película. Es la suya, desde casi siempre. Yo ya le digo que no pienso sacarme la licencia de piloto de avionetas, que no pienso estrellarme ni dejarla viuda para que me llore lánguidamente en la soledad de su cabaña africana.

¡¡Ni hablar!!.

Yo moriré de cáncer o de cirrosis, tranquilamente, cayéndome de manera elegante desde lo alto del taburete de algún bar. Sea en África o en Europa; en Asia o en Argentina… Pero no me estrellaré con una avioneta, no señor.

Ni me llamaré nunca Robert.

Mari Carmen Azkona dijo...

Querido Manuel, no hay mejor proyecto que la vida. Buscar información para satisfacer las inquietudes, valorar las posibilidades...y siempre dejarse sorprender por los acontecimientos y las personas.

Besos y abrazos

Manuel dijo...

Querida Mª Carmen: La tendencia, con los años, te lleva a la mesa camilla y al sillón orejero. NO creas que no me gustan. Ahora mismo mis piernas están bajo las faldas y el sillón, aqui a mi derecha, me reclama para pasar la madrugada leyendo.

Del otro lado está la vida que deseo: menos tranquila, más exigente.

Uno no se permite dormir, salvo que los sueños le lleven al país de las maravillas que desea.

Un beso.

María G. Z. dijo...

Siempre que llego a hacerte un comentario se han dicho tantas cosas que me quedo delante del ordenador pensando "y ahora, ¿qué digo yo? Pero no me quería callar como otras veces, porque este poema me parece bellísimo. Suscribo casi todo lo dicho y me quedo con estos versos:
"Y tantas veces me pongo a huir de tus brazos".
"Hacer proyectos sin pedirnos nada extraordinario".
Gracias Manuel
María

Manuel dijo...

Querida María: tu nunca llegas tarde.

Me encanta que te haya gustado este trozo de mi día a día. Eso pretendo que sea cada poema que escribo, aunque muchas veces no consiga decir nada claro.

Nos vemos prontto, ¿verdad?.

Un beso.