Si, amigos: este año hemos elegido Sudan para ir a bucear. ¿Por qué Sudan?. Ya se que vais a pensar que estamos locos, pero lo hemos elegido precisamente porque en esa remota zona del Mar Rojo, quizá de las más al sur, es en donde nos dicen que vamos a encontrar… TIBURONES. Y nosotros queríamos bucear entre ellos.
Pero lo cierto es que todo tiene su precio. Y no me refiero al valor en euros del viaje en sí, que cada año la cosa se pone peor. No, me refiero a la situación de este loco mundo que nos amenaza por todas partes.
Allá por el mes de Marzo, cuando empezamos a preparar el viaje, yo pensaba que las cosas estarían tranquilas. Un Sudan ya dividido en dos países que más o menos se llevan bien auguraba cierta tranquilidad. Pero no, ya no se puede prever tranquilidad en ningún sitio.
Para empezar, me dicen (a buena hora) que en Sudan impera la Sharia ( ya sabéis, esa ley islámica sagrada en nombre de la cual se hacen bastantes barbaridades ) y que, por tanto, ni se nos ocurriese llevar alcohol, porque nos podría costar un año de cárcel. Uno se queda con los ojos como platos y piensa “pero, oiga, que yo no soy musulman”; a nadie le importa. Así que ya estoy mentalizado a que mi whisquicito de por las noches, en este viaje, no existirá.
Pero lo que ha estado a punto de hacernos desistir del ansiado viaje no ha sido Sudan ni la Sharia. Ha sido la situación de Egipto y, concretamente, la situación en El Cairo. Porque nuestro vuelo, por esas cosas de “no hay billetes”, hace una escala de casi dos días en la capital. Pues bien, nuestro hotel para esas dos noches se encontaba bien cerca de la Plaza Tahir y comprenderéis que nos está la cosa para bromas. Así que nos hemos trasladado junto a las pirámides y hemos hablado con un taxista (Jorge el egipcio) para que nos lleve a algún sitio en el que se pueda estar sin miedo a los tanques del ejército, que de la población yo, particularmente, no temo nada.
Para mas zozobra, de regreso, la noche del 10 al 11 de Diciembre, volvemos a estar en El Cairo. Esta vez exiliados en un hotel del aeropuerto. ¡Viva el turismo!.

Habréis comprendido que, en este viaje de buceo 2011, lo menos peligroso son los tiburones tigre, ¿verdad?. Pese a la imagen que os dejo, juro que prefiero unos cuantos de estos antes que un solo musulmán Sharia en mano o un militar egipcio con semiautomática montada.
En cualquier caso, a la vuelta os lo contaré.