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viernes, 11 de septiembre de 2009

El Abad de Arbroath

A Santiago Solano





......Ah, vanidoso Abad!. Quien habría de decirte que esos minutos de gloria te llevarían al destierro más oscuro.

......6 de Abril de 1320. Tu hermosa retórica no embaucó al Papa de Avignón. Quizá sirvió para encauzar los deseos de independencia de los nobles escoceses. Quizá, como una mosca en el plato de Su Santidad, sirvió como acicate para que su pluma mirase hacia Eduardo III y le dijese “no compliquemos las cosas por el momento”. Quizá Juan XXII andaba muy ocupado declarando herejes a quienes afirmasen que Jesús y sus discípulos no ansiaban bienes materiales.

......En tu borrachera de poder la viste. Conseguiste bajo pecado su intimidad y su cercanía. Pero no mediste el poder de Avignón ni el alcance de su larga mano. Igual que Juan apartó al de Bavaria te relegó a ti a la soledad, al olvido, al frío.

......Y, ahora, tus pies congelados son apenas testigos de la cercanía de la muerte. Tus escritos sirven de alimento al Inglés mientras tu pan se pudre en el frío del invierno de Escocia.

......Tu única gloria será ver imitada la retórica del discurso que con tanto placer construiste, en la Carta Magna de un País que, siglos más tarde, vino a enredar mucho más los destinos del mundo.

16 comentarios:

Santiago Solano dijo...

Estimado Manuel.

De alguna manera había que dejar el mundo clásico y entrar en la Era Cristiana. De ahí, estos cuatro días, estas mini vacaciones en Escocia, en este espacio regido por la brevedad de un guión, con un giño histórico, que es sólo eso, ni marco histórico siquiera, sólo un giño que deje abierto el camino de lo humano y lo divino, tal y como termina mi aportación a esta historia en el día de hoy.

Estupendo este texto tuyo, estas pistas para el acercamiento a la Historia de los hombres.

Un saludo cordial.
Santiago Solano

Anónimo dijo...

"Silencio en la plaza, ya todo está en calma, el músculo duerme...la mujer descansa..."

Carlos Gardel

Emilio Porta dijo...

El TIEMPO...el gran depredador, no sólo del Abad, sino de todos nosotros, ¿verdad Manuel?, ¿verdad Santiago?
Mientras tengamos fuerzas lucharemos contra su Dictadura.
Luego, como todos, descansaremos.
Y volaremos, en cualquier sentido.

Anónimo dijo...

A Manuel Martinez-Carrasco.

Hay hombres que ceden su voz a la de otros, hombres que ponen el alma en lo que hacen, hombres que saben escuchar y que saben poner la mano amiga en el hombro que la necesita...Hay hombres, Manuel, que siempre dicen lo justo en el momento necesario, hombres cuya mirada es su palabra, que callan cuando hablan y cuando hablan, callan.

Port
(escuchando a Pablo Milanés y a José Martí, junto al Abad de Abroath)
Una vez más, gracias.

Javier dijo...

Estimado Manuel:
¡VAya lección de escritura que acabas de dar!Vaya cacho parábola, epístola o lo que sea. Como narrador omnipresente no tienes precio. Porque además, no sólo intuyes sino que sabes. Para ser las ocho de la mañana de este Domingo y empzar la ronda de lecturas en internet, no está nada, pero que nada mal.
¡Viva el Abad!

Anónimo dijo...

¡Dos Vivas! Uno para el Abad y otro para quien ha escrito este texto magistral.

Un besito.

Mila

Emilio Porta dijo...

Aunque Manuel lleva dos dias desaparecido, y eso que Gardel y su amigo - de él,de Manuel - Santos Discépolo han venido de dios sabe donde, a visitarnos y andan por ahí metiendo cizaña con los tangos, no me resisto a manifestar animado por los comentarios de Javier y Mila, mi rendición mas absoluta. El Abad puede estar contento. Porque el texto de Manuel es esencia literaria y filófica pura. No se puede decir y sugerir más con tan poco. Y empleando el lenguaje y el tono que la ocasión requieren.
Chapeaú...El tenaz fraile y su desconunal inteligencia y cultura sabrán valorarlo, seguro. La tuya no es manca, majo.

Rosa dijo...

Enhorabuena por este texto mi amor. A pesar de los comentarios "off-the-record" (jajaja!), la evidencia es la evidencia y cada día escribes mejor.Te quiero

Manuel dijo...

Santiago, me llena de alegría poder asistir, en primicia, a la gestación de la Historia de las Historias. Porque no me cabe duda de que esta lo es.

La manera en que los círculos se van abriendo y cerrando, entrechocando, dando lugar a nuevos focos en los que se crean otros círculos nuevos, es realmente hermosa. Cuando todo parece perdido, tu, Emilio, cualquier otra de las muchas personas que aquí se están asomando, yo mismo, hacemos magia y salta una chispa que prende y se convierte en hoguera y luego en incendio. De ese incendio, vuelve a salir algo grande.

Y entre medias va cantando Gardel. Canta Santos Discépolo, suena el tango con una fuerza renovada.

Y Javier, que aparece cuando menos lo espero y siempre refresca el ambiente, a esas sus 8 de la mañana. Imprescindible Javier, gracias por estar aquí, tan cerca.

Y Mila, querida nueva compañera de este café que compartimos, a distintas horas cada cual, casi todos los días. Gracias por esas hermosas palabras.

Emilio, mi exilio de estos días ha sido casi forzoso. Hay algo raro en mi blog y no me permite hacer comentarios de manera normal. Hoy he conseguido (creo) hacerlo funcionar a través de la URL. Así que, de momento, mi foto no aparecerá en las entradas. Pero quería agradecerte esas palabras que, viniendo de ti, son el mejor de los halagos. Yo estoy contento con el Abad.

Y por fin mi rubia favorita, que aparece después de haberme abandonado esta tarde. Te puedo asegurar que disfrute mucho escribiendo este texto. Pero nada comparable a lo que disfruté leyendo durante unas cuantas horas antes de escribirlo. Tu ya sabes cómo soy.

Gracias a todos por venir a casa.

Mari Carmen dijo...

Estimado Manuel:
Atravesando la puerta del tiempo que dejó entornada Santiago, llego desde una Escocia más cercana, La del padre O´Connor.
Me quedé junto a él, mientras escuchaba su historia en español y siguiendo tus huellas dejadas en “El otro” he llegado hasta ti.
Yo pensaba que en la Era cristiana ya estábamos desde que Elvirita fue al colegio, desde que hubo un intento de exorcismo por un cura cristiano, desde casi toda su vida...Pero esta bien pensar que la cultura occidental se guardó en los monasterios de la Edad Media.
En "El nombre de la Rosa" hubo otro monje, ciego, que se empeñó en no ver, e incluso asesinó poniendo veneno en las hojas de un libro prohibido que recogían las yemas de los dedos y que se llevaban a la boca los que lo leían. Ese libro trataba de la alegría...y mataba a los que trataban de leer otras cosas que no fueran las sagradas escrituras. Afortunadamente, el Abad de Abroath no es así.
Enhorabuena por el texto, me gusta como escribes.
Un abrazo.

Manuel dijo...

Mari Carmen: La cultura se gestó en ciertas cavernas de la costa oeste de lo que ahora es América del Sur. En ciertos lugares olvidados de lo que ahora es la costa Escocesa. Y en varios otros lugares de la tierra emergida. Se gestó hace millones de años. El germen de todo ya estaba en aquel tiempo y sus custodios. Millones de años después, fueron relegados a las cavernas subterraneas y, estas, fueron selladas por los herederos impíos de la raza. El enorme bagae de conocimiento acumulado fue sepultado poco a poco hasta "casi" ser olvidado.

Por fortuna solo "casi". Esa es mi esperanza.

Gracias por estar aqui.

Anónimo dijo...

Desde el tremendo exilio del cansancio...y antes de cerrar simbólicamente los ojos, como Umberto Eco cerró, en su novela,los del monje español Jorge de Burgos, biblotecario de la abadia benedictina, que deseaba que nadie conociera el segundo libro de la Poética de Aristóteles ( donde habla de la comedia y de la risa) para seguir sumiendo a todos en el mundo de la oscuridad... pues, bueno, que me ha gustado mucho tu comentario, Mari Carmen..demuestra que, además de buena escritora, eres una persona culta. Por eso siempre he mantenido que tanto a ti como Alicia os necesitamos aquí. He de decirte, sin embargo, que la gran diferencia con el Abad de Abroadh es que mientras el viejo y ciego bibliotecario trataba de esconder información, fray Bernardo ha tratado de suministrarla y "conectarla" con una parte de nuestra narración-ensayo. Curiosamente la historia de "El nombre de la Rosa" ocurre también bajo el Papado de Juan XXII, una época de misterios y miedos, oscura y terrible, y no es totalmente inventada, hay muchos elementos de intertextualidad, y supuestos datos históricos, en mi opinión adulterados. El éxito de la novela fue arrollador, aunque fuera el cine el que le dio el último espaldarazo. En cualquier caso no es una novela histórica al uso, sino una fantasía basada en hechos supuestamente históricos. Es curiosa la coincidencia en fechas, esa si, con Bernardo de Linton, el Abad de Abroath que parece ser que redactó - las abadías eran lugares de reunión y refugio no sólo de la cultura sino de la polìtica en esa época - la Carta Magna de Escocia como Estado, en el primer cuarto del siglo XIV. Por eso es un honor que, Bernardo de Linton, con algunas de sus flaquezas humanas y toda su sabiduría a cuestas, se haya dignado escribir en estas páginas.

Port

Anónimo dijo...

Por cierto, Mari Carmen, eres una auténtica guerrillera, inconformista, luchadora,con personalidad, ideas...Me encanta que estés entre nosotros.
Y a ti Manuel, con el nuevo post,te dejo para otro momento...Estoy más muerto esta noche que Juan XXII...aunque, como siempre, vaya usted a saber...

Port

Manuel dijo...

Bienvenido a la noche, querido amigo!.

Como siempre, un lujo tenerte entre nosotros, para el conocimiento y la sensibilidad.

La Baja Edad Media es un cúmulo de desconocimientos maravilloso. Es la gesta donde se incuba todo el glorioso renacimiento. Sin esos siglos aparentemente "oscuros", nada habría sido posible.

Jorge de Burgos, Bernardo de Linton o el Padre O'connor, son solo peldaños de esta escalera que nos va llevando hacia un destino desconocido pero tremendamente atractivo. Me río yo de los "39 escalones" de Hitchcock...

Gracias por venir a pesar de tu fatiga

Anónimo dijo...

Puede que Guillermo de Baskerville descubriera el secreto...pero nadie ha escrito realmente mi historia. Un español, anciano y ciego, en una abadía de los Alpes. Y, mientras, otro fraile, en el mismo año, prácticamente, aparentemente lúcido y luchador, creando una Carta Magna que fue un testamento para generaciones venideras. Alguién dirá: la lucha universal del Bien y del Mal en distintas geografías. Quizás tu, Manuel, me des la oportunidad de descubrir la razón de aquellas muertes, de querer guardar el secreto.

Jorge de Burgos

Emilio Porta dijo...

Perdonad la intromisiòn, pero el motivo del secreto ha sido siempre el mismo, preservar la gran mentira en nombre de la "Verdad", preservar los privilegios, evitar el verdadero conocimiento, que es el que alumbra la razón. Poner el miedo siempre por encima de los sueños y deseos del Hombre. El motivo de Jorge de Burgos, es el mismo motivo de todos aquellos que creen que el ser humano es un ser dependiente de los guardadores del Fuego Eterno. Ellos lo llaman Dios, el gran misterio. Y en su nombre han llegado incluso a matar y a impedir el libre pensamiento.
Jorge de Burgos estaba ciego. No sólo del cuerpo. También del alma.

Port