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martes, 26 de enero de 2010

Si te vistieras de seda...


Si te vistieras de seda
no me haría falta soñarte.
Saldrías a pasear por el jardín,
te pondrías una flor en el pelo
y dejarías que asomara, solo un poco,
tu pecho por el escote.

Pero eso sería si te quitaras
la falda de cuero y las medias tupidas
que usas algunas noches inciertas;
si no te pusieras por gargantilla
el sello de esclava de tu empresa.
Si al sonreír, no rodasen lágrimas
por los tejados de mi ciudad.

No ha cambiado nada, y sin embargo,
ahora te veo de otra manera.
Se me ablanda algo por dentro
ante la arruga fortuita de tu ceño,
cuando te descubro llorando en la madrugada.

Y yo aprendo a amarte lentamente.
Cuido que tengas la toalla preparada,
leche para el desayuno,
un beso y algunas cosas que hacer cada día.
Y siempre tengo a mano las herramientas
de aflojar dolores y ajustar peligros,
por si alguna vez las necesitas.


11 comentarios:

Javier dijo...

Manuel, la verdad, me encanta. Sabes que no soy pródigo en los halagos en esto de la poesía pero me encanta la sencillez, la entrega, y la confianza que le pones a cada letra haciendo música de las palabras.
Felicidades.

La Solateras dijo...

La tristeza es poco atractiva, por eso a veces tratamos de maquillarla; lo malo es que las lágrimas corren el rimmel. Quizá sea más práctico no esconderla y que nos amen con tristeza y todo. Esa será la mejor medicina y luego ya tendremos ganas de ponernos una flor en el pelo.

Anónimo dijo...

"Si al sonreir, no rodasen lágrimas por los tejados de mi ciudad". Estas palabras me parecen preciosas. Aunque, en general, creo que es un texto sencillo, emotivo y elegante; todo ello envuelto en ese saber hacer que te caracteriza.

Manuel,ya sabes, siempre es un placer leerte.

Un beso.

Mila

Alejandro dijo...

Querido Manuel, este poema ha despertado en mi sentimientos de nostalgia y romanticismo a la vez. Qué bonito levantarse y tener "preparada la toalla y la leche pra el desayuno".

Y si fuese poco, tú siempre con las herramientas de tu profesión, para cuarar las toses de la noche. Tampoco te falta en ello tu buen semblante, lleno de alegría; y, además, llevas contigo los bártulos de emocionar, por si te encuentras con alguien con un corazón de piedra o un alma vacío, lleno de nada.

Gracias, Manuel, y enhorabuena.

Un abrazo

Alex

Manuel dijo...

Querido Javier: escribir lo cotidiano a veces nos duele. Es undolor como ese que sentimos cuando todo está a punto. Revienta y pasa. Pero que hermoso es escribir lo cotidiano, sin demasiada lírica, sinmuchas pretensiones en mi caso. Solo dejar en un papel lo que el día me ha traído.

Ojalá algún dia aprenda a escribir. Y, si n lo consigo, siempre tendré el beneficio de algunos buenos amigos que me dan una caricia.

Gracias!. Un abrazo.

Manuel dijo...

Ana, yo detesto esa frase: "yo soy asi". Se me antoja como una sentencia plana, monolítica, un dictamen que amputa cualquier voluntad de "no ser así".

Creo firmemente en el cambio. Cada noche, si no cada hora de mis días, me "acecho" (que diría Castaneda). Trato de descubrir mis errores y de saber qué era aquello que no sería "mi error".

Luego me pongo los vaqueros y vivo para mirar mi entorno y repetirme mil veces. "Sé tú".

Hay lágrimas que refuerzan la voluntad libre de vivir. Otras representan el sometimiento. Yo elijo las primeras si es que algunas lágrimas he de derramar.

Y gracias, Ana, por llevarme de la mano a tus lugares y sentarte a escuchar lo que llevo dentro.

Un beso.

Manuel dijo...

A mi, en cambio, MIla, me provocan más esos versos que dicen:

"si no te pusieras por gargantilla
el sello de esclava de tu empresa."

Porque me dicen mucho de la vida que estoy viviendo.

Pero lo que más me gusta es que a cada uno, Alex, Ana, Javier, tú misma, algún otro verso sea el que le atraiga. Eso es lo que da vida a un poema.

Gracias por ser como eres, es un lujo siempre tenerte por aqui.

Un beso.

Manuel dijo...

Claro que si, Alex. Yo no se si tu u otros habeis tenido la experiencia de esperar día tras día, semana a semana, año tras año, a alguien a quien amais, en casa.

Lo primero, es que procuras que el/ella sienta la casa como suya, que no reconozca nada que le sea extraño. Lo segundo es que le pones en la ducha su gel favorito. Luego, has comprado el café que ella (él) toma y que ati no te sabe tan mal. Y pones queso de Burgos en la nevera, miel en el armario y en los labios, suavizante en dosis justas cuando lavas las cosas...

Que el tiempo de exigir no es tan importante y que al final todos sabemos lo que nos compensa.

Es tan facil saber que a ella le gusta esa toalla que "rasca" (al final son las que mejor secan). ¿Qué trabajo cuesta dejarsela preparada?.

Estas pequeñas cosas componene el día a día de una vida armoniosa. Los problemas los tenemos enfrente y hayq ue estar frescos para afrontarlos.

Ya sabes que necesito tu corpachón en un abrazo siempre.

Rosa dijo...

Me gusta lo que dices y como lo dices… Me gusta que rasquen las toallas y que se te ablande algo por dentro ante la arruga fortuita de su ceño.
Me gusta mucho el poema cielo… Debe ser que me gustas tú.

Gracias por todo

Mari Carmen Azkona dijo...

Soñar a una persona, es amar una existencia inconsistente que se desvanece con los sueños. Amar a una persona es, a pesar de la falda de cuero y la gargantilla de esclava...descubrir ceños, lágrimas y no buscar el reflejo de nuestros sueños vestido de seda.

“Y siempre tengo a mano las herramientas
de aflojar dolores y ajustar peligros,
por si alguna vez las necesitas.”

Precioso poema.
Un beso.

Manuel dijo...

Mª Carmen, la poesía muchas veces me es una defensa frente a la agresión de cada día. No es que no me guste la vida que llevo: es que me gusta muy poco la vida esta en blanco y negro. Puede que sea la real, pero a mi me gusta en colores.

Lo malo de sentir es que, a ratos, despiertas. Lo bueno es que la vida se hace más intensa.

Gracias por tu comentario amable y por estar cerca. Un beso.